Un día, un profesor de hidráulica de la EPFL (en Lausana) a quien me quejaba de los resultados me dio este consejo: Hágalo usted mismo. Eres el único que sabe lo que quieres.

Finalmente seguí su consejo y comencé un largo viaje con la ayuda de técnicos para llegar a los resultados finales que puedes ver ahora. Tuvimos que resolver muchos problemas, ya sea por el diseño, la ergonomía, la fuente de alimentación, el control electrónico, la producción que requieren herramientas sofisticadas.

El desarrollo a la etapa de producción tomó alrededor de 10 años y fue necesario invertir alrededor de un millón de francos suizos. Sí, es muy costoso y lleva mucho tiempo desarrollar un aparato simple, práctico, fácil de usar, seguro (12 V) y hermoso. Además, debería poder funcionar en cualquier lugar del mundo (110-230 V, 50-60 Hz). Y debo decir que estoy orgulloso de ello ya que cada puerto de esta creación es el resultado de largas meditaciones.

Mi primer prototipo, retocado, permitió probar el concepto. ¡Ahora es parte del museo e hizo reír a mis primos y amigos en Milán! Pero funcionó perfectamente bien.

Fueron necesarias numerosas pruebas en varios prototipos hasta que obtuve el resultado final.

Inicialmente, este aparato se pensó para laicos de todas las edades para ser utilizado en casa, en la oficina o cuando viajaban en una habitación de hotel. De hecho, muchos profesionales ayurvédicos lo compran y para complacerlos tuve que desarrollar un modelo usando aceite en lugar de agua. Entonces, ambos modelos están disponibles ahora (para aceite o para agua). Yo personalmente uso solo agua para mis pacientes con los mejores resultados. La investigación clínica muestra que no existe una diferencia estadísticamente significativa en los resultados. Y, por supuesto, usar agua es mucho más práctico.